Además de llenar de orgullo a los hinchas del Junior de Barranquilla, la llamada por muchos desde ahora Aleta del Tiburón será un potente elemento que demuestra que la ciudad esta llamada a ser un ejemplo mundial de compromiso con el medio ambiente.
 
La empresa Tecnoglass, que donó el monumento después de que su COO Christian Daes prometió una estatua al técnico Julio Comesaña si lograba la novena estrella, le entregará a la ciudad una pieza llena de elementos de sostenibilidad que se convierte en ejemplo mundial.

Los elementos, por ejemplo, donde dejarán las huellas de los pies con los que hacían goles los jugadores del Junior fueron fabricados con escombros recuperados de muchas zonas públicas de la ciudad.
 
Toda la vegetación del entorno de la rotonda que está ubicada al final del malecón del rio fue preservada por ingenieros agrónomos.
 
La corona de la imponente estructura de vidrio, acero y aluminio se convierte en una estación que monitoreará vientos y precipitaciones que apoyará la operación del tráfico de buques por el canal navegable del Rio Magdalena que está en el entorno del monumento.

El césped de la rotonda es sintético para no consumir agua y el cristal con el que se recubrió la estructura tiene características técnicas especiales para convertirse en una pantalla gigante que proyectará imágenes emblemáticas de los momentos que viva la ciudad o el país.
 
El COO de Tecnoglass Christian Daes le dijo a ZonaCero que este monumento confirma el compromiso que tiene la marca con el medio ambiente que se materializó en su momento con el parque de paneles solares que captan energía a través del sol y que convierte a la empresa en un paradigma de sostenibilidad a nivel mundial.
 
El 2 de abril próximo Barranquilla, además de un monumento al Junior, tendrá un elemento que confirma el compromiso ambiental que la donante de esta obra de arte público tiene con el planeta y sus habitantes.